Fecha
20-Mar-2019
Resumen
• Las altas temperaturas y la eliminación del uso de fitosanitarios -perjudiciales para el medio- han provocado una presencia mucho mayor de lo habitual
• El consistorio ha reaccionado intensificando las medidas inmediatas de control en parques y áreas naturales de la localidad.
La procesionaria es una especie endémica de los pinares mediterráneos, inherente en ellos y que forma parte de su ecosistema y ciclo biológico. En Las Rozas tenemos numerosos parques y zonas verdes y boscosas con pinos, abetos y cedros, que son los arboles a los que afecta especialmente.
Varios factores están detrás de la inusual –por abundante- presencia de la oruga procesionaria del pino que se está produciendo este año en toda la Comunidad de Madrid y que se deja notar especialmente en municipios con amplios parques y zonas naturales.
Por un lado las condiciones climáticas de las últimas semanas, con un ambiente seco y temperaturas por encima de los 20 grados, son las ideales para la proliferación de esta especie. Por otro, la sequedad del suelo por la falta de lluvias provoca que éste sea más duro y dificulta y por tanto retrasa que las orugas se entierren, dejando así de ser un riesgo para humanos y animales domésticos.
• El consistorio ha reaccionado intensificando las medidas inmediatas de control en parques y áreas naturales de la localidad.
La procesionaria es una especie endémica de los pinares mediterráneos, inherente en ellos y que forma parte de su ecosistema y ciclo biológico. En Las Rozas tenemos numerosos parques y zonas verdes y boscosas con pinos, abetos y cedros, que son los arboles a los que afecta especialmente.
Varios factores están detrás de la inusual –por abundante- presencia de la oruga procesionaria del pino que se está produciendo este año en toda la Comunidad de Madrid y que se deja notar especialmente en municipios con amplios parques y zonas naturales.
Por un lado las condiciones climáticas de las últimas semanas, con un ambiente seco y temperaturas por encima de los 20 grados, son las ideales para la proliferación de esta especie. Por otro, la sequedad del suelo por la falta de lluvias provoca que éste sea más duro y dificulta y por tanto retrasa que las orugas se entierren, dejando así de ser un riesgo para humanos y animales domésticos.
Nota de prensa
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